AMADEO GARCIA DE SALAZAR
Tiempos de cambio
A finales del siglo XIX el País Vasco estaba inmerso en un proceso de transformación radical. Una nueva derrota en la Segunda Guerra Carlista supuso la eliminación total de los fueros vascos y tras unos años de resignación y desconcierto, los hermanos Arana Goiri renunciaron a las ideas fueristas para actualizarlas en un nacionalismo más acorde a la época, tomando como ejes ideológicos principales a Dios y la Vieja Ley. Nacía así, en 1895, el Partido Nacionalista Vasco.
Mientras tanto, la industria transformaba el paisaje vizcaíno y los verdes montes próximos a la ría empezaron a llenarse de fábricas, muchas de ellas de nombres británicos. Fueron precisamente los marineros ingleses que trabajaban en el puerto los que trajeron el fútbol a Bilbao, fundando en 1898 el Athletic Club. Pese al rechazo inicial del PNV debido a su exotismo, acabaron adoptando el fútbol como propio en aras de la construcción nacional vasca.
Los cambios no sólo se estaban produciendo en Bilbao. La reina María Cristina tenía el hábito de veranear en el Palacio Miramar de San Sebastián y con la construcción de varios hoteles, casinos y teatros, todos con un marcado estilo modernista, la capital guipuzcoana se consolidó a finales del siglo XIX como destino turístico de la burguesía europea. Fueron estos los que en 1903 crearon el San Sebastián FC, al cual años más tarde, el rey Alfonso X le otorgaría el título de “Real”.
Estas dos provincias reflejaban nítidamente a través del fútbol su poderío económico: de diez equipos que participaron en la primera edición de la liga, cuatro eran vascos (Athletic, Real Sociedad, Real Unión y Arenas). Sin embargo, no eran Vizcaya y Guipúzcoa las únicas que estaban experimentando cambios, ya que en Navarra, hubo en los años 20 una explosión cultural bastante fuerte en torno al vasquismo. De hecho, los primeros clubs de fútbol que se fundaron en el Viejo Reino rechazaron anglicismos y buscaron nombres vascófonos que estuvieran más acordes a las raíces del pueblo, por ejemplo, el Aurrera de Liédena, el Izarra de Estella y el caso más conocido, el Osasuna, fundado entre otros, por los militantes nacionalistas Fortunato Agirre y Eladio Zilbeti.
Eladio Zilbeti Azparren. El Osasuna de principios de los años 20.
Si reparamos en Ipar Euskal Herria, hay que recordar que esta región, debido a la influencia occitana, ha sido siempre una zona más propicia a jugar al rugby que al fútbol. De todas formas, los primeros equipos se crearon algo antes de que comenzara la Gran Guerra y algunos de ellos fueron bautizados con nombres en euskera, por ejemplo el Saint-Palais Amikuze o el Arin Luzien.
Finalmente, nos queda la séptima hija*, ¿Estaban Vitoria y Álava al margen de los cambios que estaban padeciendo sus hermanas?
El médico que trajo el futbol a Vitoria
En 1921 Vitoria contaba con 35.000 habitantes. La mayoría de ellos se dedicaban al sector servicios y a una industria menor basada en pequeños talleres. Hay que añadir que, más allá de los mercados, hacía tiempo que no se escuchaba euskera por las calles de la ciudad y por lo tanto, muchos vitorianos vieron con indiferencia, o al menos lejanía, al recién nacido nacionalismo vasco.
Está fue la Vitoria que le tocó vivir al médico Don Amadeo García de Salazar, que junto con otros hombres, universitarios en su mayoría, fundaron en 1920 el Sport Friend´s Club, el antecedente directo del Club Deportivo Alavés.
Sport Friend´s Club, 1920.
Don Amadeo ejerció por vez primera como entrenador del Alavés en 1926, pero pronto pasó a trabajar en la secretaría del club. Debido a su buen ojo para descubrir y fichar jugadores, el equipo albiazul consiguió ascender a primera división en la primera edición de la Liga y al año siguiente, obtuvo un meritorio quinto puesto en la clasificación general (de hecho, es en esta época cuando se le puso el sobrenombre de Glorioso). Volvió a ejercer el cargo de entrenador alavesista algo más tarde y también, durante un breve tiempo, fue seleccionador de Vasconia, predecesora de la selección de Euzkadi, que en 1937 estaría de gira por Europa para recaudar dinero para la Euzko Gudarostea y la causa antifascista.
Selección de Euzkadi, foto de la enciclopedia Auñamendi, 1937.
Ya con bastante experiencia y habiendo demostrado un éxito considerable, aceptó el trabajo de seleccionador nacional español para el mundial de Italia de 1934. No lo hizo mal, pero en cuartos de final tuvo que verse las caras contra la anfitriona y con algo más que polémica, la República Española fue derrotada**.
Política y guerra
Durante años la faceta política de García de Salazar ha sido ocultada y algo que muchos desconocen es que fue unos de los fundadores de Acción Nacionalista Vasca en 1930.
Amadeo Garcia de Salazar.
Con la llegada de la República Española, la política vasca estaba dominada por tres principales corrientes: socialistas, monárquicos y nacionalistas. Los miembros de ANV coincidían con el PNV en que Euzkadi era la patria de los vascos, pero recelaban de su racismo y su integrismo religioso. Consideraban que era el euskera lo que hacía a alguien vasco, no los apellidos y sin ser marxistas, anteponían el obrerismo y el humanismo a la religión católica.
Obviamente los jeltzales (militantes del PNV) los criticaron con dureza, acusándolos de entorpecer su camino y en más de una ocasión, de españolistas. Sin embargo, también recibieron ataques por parte del PSOE, ya que pensaban que muchos de los inmigrantes castellanos y gallegos podrían interesarse por sus posturas e ir perdiendo fuerza dentro del movimiento obrero. Tanto es así que en 1933 un pistolero afín al PSOE acabó con la vida del militante ANVista de origen gallego Hermenegildo Alvariño.
A decir verdad, sus resultados electorales fueron bastante mediocres, en especial en Álava, dónde el euskera estaba prácticamente desparecido y no existía una industria moderna. De todas formas, cabe destacar que en las elecciones que renovarían la gestora de la Diputación de Álava en 1936, el partido se integró en el Frente Popular y obtuvieron dos diputados, uno de ellos José Placer, primo del padre de la escritora Toti Martínez de Lezea.
La trayectoria del partido no acabó con la Guerra Civil y pese a su pequeño tamaño, llegaron a formar dos batallones dentro de la Euzko Gudarostea: Olabarri y Euzko Indarra. Aquí son conocidas las historias sobre el fusilamiento de Eladio Zilbeti, la batalla de Nalón (Asturias) o las incansables luchas del gudari Sancho de Beurco.
Combatientes de ANV en la guerra civil.
Sin embargo, esta historia de romanticismo no es la de don Amadeo. Al estallar la guerra tuvo que elegir y se presentó como médico voluntario con los carlistas navarros. Pasó el periodo bélico sin mayores sobresaltos y aunque al acabar la guerra tuvo que pagar varias multas por su militancia política previa, hay algo que no termina de encajar: ¿Qué pudo llevar a un hombre a fundar en 1930 un partido nacionalista, de valores humanistas y con planteamientos de defensa de la clase obrera, y tan sólo seis años más tarde, a luchar junto con los Requetés más reaccionarios?
*en euskera se conoce a Álava como “zazpigarren alaba”, la séptima hija.
** ver Marca, “El robo del siglo”.
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