EL OASIS DE SCHRÖDINGER
Un 24 de Julio de 2002 Oasis terminaban su concierto en el parque de Castrelos de Vigo, con un homenaje a The Who, sonaba su propia versión de My Generation ante un público incrédulo. Los hermanos Gallagher se habían olvidado de tocar su himno Wonderwall.
El público se marchó a su casa sin escuchar el gran éxito de la banda, por lo menos, en directo, porque al final del concierto sonó ese icónico himno de manera enlatada mientras el equipo recogían sus bártulos. Todo muy Gallagher.
Sé esta información porque tanto mi padre como mi madre lo recuerdan. Ellos estaban allí.
Lo que no recuerdan, ninguno de los dos, es si yo estaba presente. Por aquel entonces, yo estaba apunto de cumplir los 6 años. Existen diferentes versiones sobre lo que ese 24 de Julio ocurrió: mi padre asegura que me quedé dormido en el césped de Castrelos mientras los hermanos hacían las delicias del público; mi madre, en cambio, asegura que el concierto era demasiado salvaje para un niño de 6 años y esa noche me quedé con mi abuela en casa. Y yo, yo no recuerdo nada.
Años después, Ángel, un amigo y miembro de la organización de aquel concierto, me regaló el rider técnico del evento. Con el sello oficial de Oasis. De un concierto al que no sé si asistí ¿Os imagináis no saber si habéis visto a vuestra banda favorita?. El Oasis de Schrödinger. Todo muy Gallagher.
Todo el aura que rodea a esta súper banda tiene un tufo al experimento del gato en la caja, aquel en el que superposición de estados nos hace desconocer si está vivo o muerto. O si está vivo y muerto a la vez.
Aquel fatídico día de 2009 en Paris, una discusión entre bastidores sobre la promoción de la marca de ropa Pretty Green, propiedad de Liam, desencadenó lo que todos nos esperábamos: una pelea física con guitarras utilizadas como hachas canceló su concierto en el festival Rock en el Sena. La organización del evento informó a los asistentes de la cancelación del concierto aportando una cita de Noel en la que decía que el grupo «ya no existe». El gatito estaba muerto.
El problema es que todos podíamos haber intuido este resultado. Desde la grabación de su primer álbum, Definitely Maybe, "definitivamente quizás", (como el estado del gato dentro de la caja), la relación de los hermanos se había visto afectada por las continuas luchas de egos y diferentes visiones musicales y comerciales de la banda, todo esto regado por noches de descontrol, drogas y pintas de cerveza donde los hermanos desparecían, se peleaban y cancelaban conciertos.
Este 24 de Agosto, todos los fans de Oasis nos despertábamos con una noticia un tanto desconcertante: después de 15 años de cisma, Liam sale al escenario del Reading Festival a entonar el Half the World Away, (como los estados del gato dentro de la caja). En un tono jocoso dedica la canción a su hermano.
Las redes explotan. La incertidumbre rodea a la banda. El Oasis de Schrödinger ¿Volverán?.
Días después, los rumores se confirman. Un mensaje críptico copa las redes sociales de Oasis, Liam y Noel: solo una fecha, solo una hora, solo incertidumbre.
El tabloide The Sun es muy contundente. En una portada rodeada por ese tufo amarillista que los caracteriza, titula a página completa, “definitely no maybes”, junto a una foto de los hermanos ataviados con la indumentaria del año 1993 del club de sus vidas: el Manchester City.
Definitivamente, no hay dudas. La caja se abre y el gato está vivo, y mis esperanzas de volver o no a verlos, también.
Este 27 de Agosto de 2024, Oasis anuncia su reencuentro con 14 fechas repartidas entre las ciudades de Cardiff, Manchester, Edimburgo, Dublin y Londres. La BBC, como si de un mensaje de la reina se tratara, detiene todas sus emisiones para dar en directo las fechas y una Inglaterra en decadencia, rodeada por esa incertidumbre que les caracteriza, se para.
Oasis siempre han tendido a ser como el gato de la caja, incluso ha sido una dinámica provocada por ellos mismos. Muchos escépticos en redes sociales aseguran que es el primer concierto el único que es seguro para comprar, ya que la incertidumbre de que los hermanos se vuelvan a pelear y cancelen todo es una posibilidad real. No sería la primera vez.
No sabemos cuántas entradas se pondrán a la venta, ni su precio, ni cuánto tardarán en agotarse. Solo sabemos que aquellos que mantuvimos al gato vivo, estaremos en esa cola virtual.
Desde aquella señora que de manera espontánea cantó el Dont look back in Angel en el funeral popular que Manchester organizó a los muertos del atentado terrorista de 2017, hasta a ti, que la primera canción que aprendiste en la guitarra fue colocando la cejilla en el segundo traste para tatarear Wonderwall, o el señor de sesenta años que ha vuelto a casa borracho, brazos en alto cantando Rock and Roll Star.
Porque así somos los que mantenemos vivo al gato. La incertudimbre nos rodea, los préstamos de Cofidis y las posibles ventas de tu coche para comprar las entradas hoy son un hecho. Porque, como el famoso niño de Boca Juniors que junto a su padre viaja a Brasil sin entrada a ver la final de la Copa Libertadores empeñando su coche y su casa, hoy tenemos una cita moral con la historia. La cita de poder decirle a Schrödinger que su gato está vivo. Y que no hay superposición posible de estados cuando se habla de los Gallagher. Todo muy Gallagher.
Nos vemos en Cardiff, nos vemos en Edimburgo, nos vemos en Manchester, nos vemos en Londres, nos vemos en Dublin. Nos vemos allí donde la caja se abra.
FUCKING BIBLICAL!
PD: No es lo mismo escuchar Blur, que ser de Oasis como no es lo mismo leer a Einstein que ser de Schrödinger.
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