MÚSICA Y GRADA. DE ABERDEEN A PORTSMOUTH.

person Publicado por: Mr. Parkas list En: DOTORE CULTURE || ARTICULOS En: comment Comentario: 0 favorite Golpear: 1357
MÚSICA Y GRADA. DE ABERDEEN A PORTSMOUTH.

Siempre es difícil el análisis de una sociedad hermética. Nos pasamos la vida intentando buscarle las razones a cuestiones que se nos escapa de la racionalidad. La música y el futbol son dos de ellas y cuando se juntan…


La comunión de estos dos aspectos nace cuando nace el propio futbol. El ambiente cargante y los nervios que genera este deporte se ven reflejados en la propia música que este adopta.
Corrían los años 70s cuando nacían las primeras gradas de futbol organizadas y con ellas, su propio estilo musical. Sham 69 cantaban Harry up, Harry dentro de un estribillo futbolero, mientras los buenos de los Cockney Rejects hacían singles enteros al West Ham United.


Lo interesante del asunto fue la creación de una música, por fin, unificada para todas las gradas de un Reino Unido en plena descomposición. De Aberdeen a Portsmouth los chicos tenían un sentimiento de unidad musical, lejos de las batallas chauvinistas de sus equipos.


El Rock & Roll sonaba en todos los lugares, y parecía no importarle a nadie. En los altoparlantes de Bramall Lane rugía el Town called Malice y en los pubs colindantes los chicos se divertían haciendo de Sweet Caroline su propio cántico pre-partido.


Estaba claro que los pobladores de las gradas más violentas de UK habían escuchado la llamada de Londres, The Clash se había encargado de ello. Los 80s discurrieron entre un dominio poderoso de la música Londinense y la inclusión de nuevos sonidos que quitaban la monotonía al Rock & Roll y le daban un aire más contemporáneo a las gradas.


La rabia de unos tiempos difíciles dio paso a la melancolía. Ian Curtis dio un toque existencialista a las gradas, lo que se tradujo en el principal cambio dentro de la música futbolera.


Los chicos de las gradas experimentaban con nuevos sonidos (y drogas) que los hacían flotar de camino al estadio.


Esta nueva hornada no fue bien acogida entre los puristas. Los chicos del Chelsea hartos de la alienación que estas nuevas drogas provocaban en sus miembros, alejándolos de la tendencia política al NF, crearon la famosa sección Hooligans against Acid. Todo un suceso.


Los principales partícipes de esta eclosión aseguran que el punto diferencial en la estética musical de las gradas ocurrió en 1990 cuando el grupo liverpudlian The Farm sacó su Groovy Train. Los sonidos desenfadados y los sintetizadores calaron en las gradas de todo el país. La canción llegó al TOP 10 de los Uk Singles Chart, en parte, gracias a todos esos chicos violentos que hicieron de ella su propio himno.


La famosa revista NME (New Music Express) se hizo eco de todo este fenómeno, potenciando los nuevos sonidos y dandole otra vez, un aire unificado a la música en las gradas.


El fantasma de Ian Curtis corría por las gradas, sobre todo en el área metropolitana de Manchester, donde sus compañeros en Joy División habían fundado el primer club con aires alternativos de Inglaterra: The Haçienda.

Primer album de New Order.


El sonido Madchester, acuñado así por el single Madchester Rave On (Hallelujah) de la banda Happy Mondays. Colocó a esta ciudad en el centro de la estética musical de la época.
De aquellos barros estos lodos. Los 90s discurrieron entre una música muy heterogénea pero unificada en todo el estado ingles. Fue la época de Oasis, Blur, Pulp… el sonido entero de las gradas se aunó en uno. Algunos lo llamaron Britpop.

Llegaron los 00s como una gran resaca. Pero nadie paró a la música inglesa. Las gradas en un afán de mantenerse a la vanguardia buscaron en sus propias ciudades grupos emergentes que cumplieran con las exigencias que reclamaban.


Sheffield encontró a Arctic Monkeys y Bramall Line volvió a rugir, The Courteeners renovaron las gradas en Manchester y Hard-Fi hizo unas estrellas de la CCTV (Circuito cerrado de televisión) a todos los chicos de Londres.

Alex turner.


La música acompañó a todos estos chicos en viajes, derrotas, subcampeonatos de liga y descensos a los infiernos. La música acompaño llantos, risas y alguna que otra pelea, pero sabéis lo más importante:


De Aberdeen a Portsmouth no encontrarás un estadio donde suene una música diferente, las previas en los estadios siempre están acompañadas de buena música y eso, no es un logro de las instituciones capitalistas dentro del futbol, eso es un logro popular de aquellos chicos que no dejaron morir lo que realmente, les hacia sentir vivos.

DON'T FORGET THE RIOTS

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