MILWALL AWAY

Aterrizamos en Gatwick con un recibimiento más inglés que los Windsor. Frío, viento, lluvia y más lluvia. Bendito Gore-Tex.

Tocaba un día de esos que odiamos, fútbol y cerveza, ya sabéis, una depresión en toda regla. Íbamos avisados que debido a la huelga de transporte el tren que nos debía dejar en South Bermondsey estaba cancelado. Decidimos atarnos las Terrex y aprovechar nuestras amadas piernas. Tocaba andar unos pocos kilómetros hasta nuestro destino final. Keep Calm eta poliki poliki. (Aprovechamos estas líneas para cagarnos en los putos Tories). Durante el camino no perdimos el tiempo e hicimos una necesaria parada técnica en The Kernel Brewery, donde cayeron un par de pintas para ir entrando en calor y en ambiente.

-Taproom de The Kernel Brewery-

20 minutos después ya estábamos en nuestro destino final, The Den, casa del Millwall, uno de esos equipos ingleses con gran fama y no por sus títulos. Claro ejemplo de ese fútbol inglés que tanto nos gusta. Lo primero que me sorprendió fue el gran despliegue policial que habían montado, con maderos en cada esquina.

Recogí las entradas (15 libras para tercera ronda de FA Cup), pedimos otra cerveza y nos dirigimos a nuestra puerta. Cruzamos los tornos y ya estábamos dentro. Una vez en el interior algo que nos llamó la atención fue que te puedes hincar tantas cervezas como te plazca en los vomitorios del estadio pero antes de acceder a la grada hay un cartel que marca la prohibición de beber alcohol a partir de ese punto.

Una vez colocados en nuestra localidad, lo que más me llamo la atención fue la cantidad de asientos vacíos en la zona local, con algunos sectores del campo cerrados.

Durante el partido los aficionados del Sheffield United llevaron la voz cantante y silenciaron los pocos cánticos y gritos que salían de vez en cuando de las hostiles bocas locales.

Cartel que marca la prohibición de beber a partir de ese punto.

En el terreno de juego, más de lo mismo, los visitantes fueron los únicos en el partido. El nivel futbolístico era secundario en realidad.

Antes de finalizar el partido, un diluvio, que nos acompañó durante todo el camino de vuelta.

Para no perder las buenas costumbres, antes de volver al centro volvimos a hacer un par de paradas técnicas en la Bermondsey Beer Mile. Parada obligatoria para toda esa gente disfrutona de la buena birra.

Esta vez tocó hidratarse, o tal como corrobora la app del banco, sobre hidratarse, en Cloudwater Y Bianca Road.

Finalmente los vagos recuerdos y la neblina se hicieron dueños de la situación.

Ya sabéis, Londres, esa ciudad que te permite hacer un tour por Stanford Bridge, después pasear por Covent Garden y acabar cenando en el restaurante que visitó días atrás el o la influencer de moda.

Nosotros elegimos pasear por calles sin ningún atractivo turístico, ver un partido nefasto, echar pulsos en la barra del bar con un irlandés y llegar borrachos al hotel. ¡Welcome to London y todo eso!